Abrí la puerta, y lo primero que hice, al enfrentarme a la fría madrugada, fue persignarme…
Di unos pasos en dirección a la avenida mientras le pedía a Dios, a mi Madre
y a mi pequeño bebe que la cuiden, ya que desde el cielo ellos tendrán mejor
vista de su vida, que yo; ahora que ya no podría acompañarla, ella seguiría su camino sola y yo
intentando estar al margen la vería de lejos… fue lo mejor, al menos con eso justificaba y aplacaba el dolor de hacerme a la idea de no gozar de su compañia.
Enciendo un nuevo primer cigarrillo, mientras en los headphones suena una cancion del maestro Sabina, tarareo...
"...El agua apaga el fuego
Y al ardor los años
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño..."
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño..."
me digo "repitelo hasta que te lo creas"...
Asi comenzo mi tercio de varas, estoy cual Toro siendo hostigado y provocado pero dispuesto a dar una excelente corrida, buscando el indulto o finalmente la vuelta al ruedo...
Gracias CL
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