miércoles, 6 de noviembre de 2013

InCoHeReNtE


Esa vez que lo hicimos, fue cuando ambos tuvimos el corazón roto, creímos que se había acabo la magia, aunque aun se nos erizaba la piel de vernos desnudos, hubo fuego, pasión, mucho cariño (al punto que supe que no iba a dejar de amarla) y un tremendo remordimiento de conciencia (por parte de ella), algo que no pude interpretar en ese momento  y que a la vez me confundía.

Fue un día de esos en mitad de semana, repetiríamos el coctel de sensaciones a las que ya nos habíamos entregado todos esos años y que no podía dejar, era la droga mas adictiva a la que ella con su ser me había acostumbrado, estaba seguro que era mas, podía pensar que fuera amor, mantuve la ilusión de que seguía perteneciendo a sus besos y sus labios, amaneció y en la noche no pude dormir, necesitaba verla le envié un mensaje sabiendo que no me contestaría, indicando de manera romántica como la extrañaba, estaba dispuesto a cambiarlo todo y a volver a intentarlo esta vez en serio, esta vez para siempre, pues así lo sentía…

El día amanecía con canto de aves, todo era perfecto, convertí mi habitación en un jardín, intentando que nuestro amor resurgiera de donde lo habíamos enviado, quedamos que podríamos vernos al salir de la universidad, me adelante al departamento para poder hacerlo perfecto a lo que ahora le propondría, los minutos pasaron y la espera desesperaba, llame a su celular, solo timbraba el almuerzo se enfriaba y nada tenia sentido seguí llamando y los minutos transcurrían sin permiso, mientras mi corazón resignado no lo entendía, la única persona que no podría hacerme eso destrozaba todo a su paso en mi alma, acabe por resignarme a que no vendría, necesitaba un cigarro y respirar afuera, salí sin rumbo por las calles que ya oscurecían, al pasar por una de ellas oí un risita conocida, apure el paso y vi a un tipo cerrando la puerta de una casa que supongo estaba vacía, la vi a ella terminando de incinerar el maltrecho que aun me quedaba, su miraba de culpa me hizo pensar que lo nuestro había acabado y lo suyo continuaba; trague la saliva como si fuera el mas aguardentoso alcohol, envenenándome. Estaba herido de gravedad, agonizaba con cada paso que daba, la odiaba tanto como la había amado, ella sabia que era así y se sentía lastimada, solo podía balbucear que me quería mucho mientras mi orgullo hablaba por mi ser agonizante diciendo barbaridades…

Esa noche el cigarrillo se convirtió en una cajetilla, y desee no haberme tomado esa botella de whisky que tenia de reserva, termine por matar el poco rastro de ella en mi vida, así es que camine en la oscura senda intentando recuperar mi conciencia, volví a ese bar y las horas de alcohol me llevaron por lugares que jamás había pisado… desperté un día, no recuerdo cual, cansado de estar triste, y fui a la universidad a dar un examen parcial, erguí la cabeza, camine con la idea de que tal vez me la cruzaría, ¿Cuál seria mi reacción?, no lo sabia; ¿me saludaría?, ¿me importaba?, esas preguntas que no te quieres responder aparecían en mi cabeza, llegue a clases y por primera vez coquetee con mis compañeras reíamos todos y me sentí bien, al terminar el examen ya era medio día, las preguntas volvieron a aparecer y el miedo de verla junto a ellas, camine hasta casa con la triste ilusión de tal vez encontrarla por esa única vez mas en la puerta del edificio, tal vez la del departamento, o quizás echada en mi cama esperando a que venga… así fueron las tres primeras semanas; hasta que cansado decidí respirar de nuevo, y no esperarla a ella.

(De hechos lastimeros de mi vida...)
http://www.youtube.com/watch?v=hFxdNZh1xvE